Cuando fui mortal


Cuando fui mortal
Javier Marías
Editorial Alfaguara
248 páginas


Reconozco que no soy un gran admirador de los autores españoles. Por lo general los encuentro tediosos y lo suficientemente altaneros como para dedicar tiempo a la lectura de alguno de sus cuentos o novelas. Casi siempre es un lugar común, alguna cursi historia de amor, o un relato que se alarga y se pierde con el correr de las páginas (esto se agrava, aun más, cuando abusan de los modismos barceloneses). Pero cuando encuentro alguno que realmente vale la pena, y que logra atraparme con su pluma, lo atesoro como a algo precioso, como a algo indispensable.

Este es el caso de Javier Marías, escritor madrileño, que con el tiempo ha demostrado ser el quizás más lúcido e importante autor español de las últimas décadas. Esto principalmente en el campo de la novela, donde ha destacado por libros como "El hombre sentimental" (premio Herralde de novela 1986), "Corazón tan blanco (premio de la crítica 1993), "Mañana en la batalla piensa en mí" (premio Fastenrath 1995 y premio internacional de novela Rómulo Gallegos 1995), entre otros.

En esta oportunidad Marías nos entrega “Cuando fui mortal", ágil compendio de relatos, que conjuga doce cuentos de una excelente factura y selección (escritos entre 1991 y 1995), en una obra eclécticamente refrescante y de una potencia pocas veces escrita.
Vidas cruzadas, médicos nocturnos, asesinos a sueldo, la prostitución secretista, y un bestiario de lo cotidiano, hacen del texto una obra dinámica, donde parece no sobrar nada.


"-Padezco de depresión melancólica casi continuamente-, dijo, -vivo medicado y eso lo amortigua, y si interrumpiera la medicación me suicidaría, es casi seguro. Antes de irme a París lo intenté ya una vez. No es que hubiera ocurrido nada concreto, ninguna desgracia, es simplemente que sufría y no soportaba vivir… -¿Cómo fue esa vez?- Pregunté yo. -En la casa de campo de mis padres en Gerona. Me apunté al pecho con una carabina, sujetando la culata entre las rodillas. Me temblaron, flaquearon, la bala se incrustó en la pared. Era demasiado joven -."

Destaco en Marías el conocimiento y control absoluto que posee sobre sus personajes, la concisión de su relato, y aun más, la naturalidad de la tensión con la que llena el tiempo de la narración: no fuerza el desenlace, sino que colapsa la situación hasta que se vuelve irremediable.

“Cuando fui mortal” nos sumerge en un paralelo aclarador y enigmático a la vez, situándonos en el campo de una incomoda omnipresencia, donde acompañados de un guía/narrador, podemos ver la verdad solo por algunos segundos; hasta que algún suceso vuelva a levantar la nube de polvo y nos deje ciegos hasta el próximo cuento.


Una de las características más destacables de "Cuando fui mortal" es que los relatos están decididos a quedar inconclusos, a no tener final, dejándonos en un sabroso punto suspensivo que, más que decepcionar, aumenta el hambre por la siguiente historia. Es así como Marías va jugando con la luz de la narración, haciendo de lo inconcluso una herramienta a su favor, a manera de una fotografía que te obliga a ser filmada, a manera de un cuento, que aunque sea brevísimo y escueto, te huele a novela.




Publicado en El Ciudadano, año 2009

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