Los tipos duros no bailan



Los tipos duros no bailan.

Norman Mailer.
Editorial Anagrama.
325 páginas.


¿Qué hacer cuando se cumple el día 24 desde que tú esposa te abandonó? Y peor aún ¿qué hacer cuando te despiertas recordando nada y sólo habita a tú alrededor el olor a muerte? Son algunas de las disyuntivas que debe enfrentar el fracasado escritor Tim Madden, luego de una de las juergas más sórdida y tenebrosa jamás descrita, teniendo que luchar contra la maldad de carne y hueso, los recuerdos y las voces torturadoras de su conciencia.

Los acontecimientos transcurren en Provincetown, un grisáceo pueblo de la costa de Massachusetts, donde parece que tras cada esquina se esconde un abismo sin fondo, del cual sólo los que están hechos de acero pueden salir. La tensión es casi tan espesa como el humo de los cigarrillos que frenéticamente consume Madden, y está cargada de huracanados espíritus, sombras voraces y voces de ultratumba casi tan tormentosas como la duda punzante ante una verdad que se aleja, como un rompecabezas que modifica sus piezas para negarse a ser armado.

“Yo solía decir que es más fácil renunciar al amor de tu vida que dejar de fumar, y lo cierto es que estaba convencido de la verdad de esta afirmación. Pero un buen día del mes pasado, hacía de eso veinticuatro días, mi mujer me dejó. Hacía veinticuatro días. Y aprendí algo más acerca de lo que es estar dominado por un vicio. Tal vez seas más fácil renunciar al amor que al humo, pero cuando se trata de decir adiós a una relación de amor-odio, diantre, que se acabe tu matrimonio puede ser tan duro como dejar la nicotina, e incluso provoca una sensación muy semejante, porque puedo asegurar que al cabo de doce años había llegado a odiar el tabaco casi tanto como a una esposa amargada”

Surgen consejos del pasado, donde el mundo de lo “masculino” adoctrinado por un padre irlandés, representante por antonomasia del hombre recio y duro como una piedra (Dougy), deja entrever que la realidad está hecha sólo para los que pueden soportarla, dejando para los que carecen de cojones un único futuro posible, el de una bala calibre 22 alojada en su cabeza.

“Los tipos duros no bailan” llega a sumergirnos en una oscuridad casi absoluta, donde la crudeza de las conductas humanas se define por sobre la ficción y el imponerse sobre él más débil parece ser la única respuesta. Se ha olvidado el decoro, y el decirse “hombre” llega al grado de obsesión, temiendo a una homosexualidad cada vez más palpitante.

Todo está cubierto de gruesos velos que ocultan una verdad multiforme (aun más confusa que la duda), sólo compresible bajo los efectos del whisky y la endiablada marihuana producida en el cabo.


Es así como Mailer configura un relato ágil, sombrío y cargado de un humor negro que llega a la médula hasta indigestar. Las descripciones son engorrosamente detallistas y la frialdad se conjuga con la magia, en un extraño baile sólo apreciable por el que ha tenido la desventura de moverse en estos ritmos.
Mailer articula una novela negra casi escatológica, llena de miedos y misterios que terminan configurando una amargura con calidad de mortal, donde cada página parece una sentencia y un paso más hacia lo trágico de la verdad.



Dedicado a la memoria de Valentina García Moggia




Publicado en El Ciudadano, año 2009

3 comentarios:

Desmond Rentor. dijo...

a penas doña R. me devuelva viajes por el scriptorium de auster, te pediré este a cambio

defuxis dijo...

Hey Mr. J le dejé un correo.
oye buen disco de wire aquel, es como de los viejos tiempos por aca tengo el 154.

y mira esto::: http://www.benfrostisdead.com/

besotes!

Desmond Rentor. dijo...

wn deberiai linkearte los trabajos de la jesu, vo la cachai, la amiga de la vicky y el nacho... te dejo su flicker en vola rescatai algo.

http://www.flickr.com/photos/mariajesusgomez/